Centro Krystal Esmeralda

jueves, 22 de diciembre de 2016

SOLSTICIO DE INVIERNO



Antiguamente el hombre vivía en armonía con los ciclos de la naturaleza. Para obtener un rendimiento óptimo de sus actividades agrarias, mejorar las cosechas, la fertilidad y salud de los animales domésticos, en fin disfrutar de un estado de bonanza y prosperidad para él y su comunidad, todo se realizaba en perfecta armonía y sincronicidad con los momentos más adecuados y propicios, siguiendo los ritmos naturales.
Se tenía muy en cuenta los movimientos y la influencia de los astros que en esos momentos predominaban en el firmamento, especialmente de las luminarias, pues eran conscientes de la influencia de éstos en sus vidas.

El hombre no era algo aislado, sino que formaba parte de todo lo que le rodeaba e interactuaba con ello.

Era capaz, mediante la observación del vuelo de las aves, del comportamiento de los animales, de los insectos, de prever las condiciones metereológicas.

Observaban todo esto incluso para ubicar sus viviendas, tenían en cuenta las corrientes de agua, las geopatías, la posición de las montañas. El antiguo arte oriental del Feng Shui es un claro ejemplo de esta sabiduría.

En los núcleos habitacionales, existían personas sabias que conocían y estudiaban los movimientos de los planetas y su influencia en la salud de la personas, en su comportamiento, en los animales y plantas, y mediante la observación y la percepción , conocían cuáles eran los momentos más auspiciosos para realizar ciertas ceremonias y rituales sagrados, con el fin de que todo fluyera en perfecta armonía para todos.
El chamán, sacerdote o sacerdotisa, era el Pontífice, es decir, el puente que unía el cielo y la tierra.
La palabra magia, significa conocimiento de las Leyes de la Naturaleza, por lo tanto los magos eran hombres y mujeres conocedores de éstas.
Estas personas eran las que se encargaban de dirigir estas ofrendas, rituales y ceremonias sagradas.
En los momentos más potentes energéticamente, se realizaban en lugares en los que las fuerzas telúricas eran más potentes, formando vórtices energéticos, favorecedores y amplificadores de estado de conciencia.
Los equinoccios, solsticios y puntos intermedios eran los momentos más adecuados, en los que la posición del Sol con respecto a la distancia a la Tierra hacía predominar la Luz o la oscuridad, simbolizando el proceso alquímico de transmutación del Plomo de Saturno en el solsticio de invierno en el Oro del sol del Solsticio de verano, pasando por los procesos intermedios, de descender al reino de la sombra, de la oscuridad para trascenderla  e iluminarla, permitiendo emerger en el hombre un estado Crístico de Conciencia Solar.
Posteriormente, según unos pueblos fueron invadiendo y conquistando a otros, fueron sustituyendo las ceremonias religiosas, construyendo sus propios templos encima de los ya existentes, que señalaban los puntos más propicios para estas prácticas.
Relegando así al olvido o a una condición pagana todo lo ancestral, basado en el conocimiento del Microcosmos en el Hombre, destituyendo su potencial y su grandeza, monopolizando esta condición divina a una Iglesia, y representante único como Hijo de Dios a un solo Ser, cuya enseñanza de amor y libertad, fue tergiversada para el propio beneficio de unos pocos y sometimiento del resto de los hombres.
El solsticio de invierno se celebra del 20 al 23 de diciembre, Saturno regente de Capricornio, toma el protagonismo en el cielo. La naturaleza repliega su energía con esta Fuerza planetaria constrictiva e introspectiva, hacia el interior, hacia lo más profundo, hay que descender a la sombra para que la Luz sea revelada.
El máximo Yin del Yin, para que el germen del yan comienzo de nuevo a crecer. Vaciarnos y replegarnos, como la semilla que germina en lo más profundo de la oscuridad, para germinar i empezar a ir hacia la Luz, elevándose con todo el potencial de un nuevo renacer.
Son días de meditar, de convertirnos en semilla y dejar esa semilla Crística germine y de lugar a un nuevo nacimiento.
El Sol comienza de nuevo a ganar horas a la oscuridad. El maestro del tiempo Saturno, será poco a poco relegado por el Sol. El Plomo saturnal será tansmutado en el crisol del hombre en oro en el Solsticio de verano.

Permitamos que el Verbo sea carne, manifestemos una nueva conciencia solar con el nacimiento de la Luz en cada uno de nosotros.

Que el Espíritu de la Navidad llene todos los corazones de los hombres, mujeres y niños sobre el planeta restaurando la Era de la Luz.

Ana Isabel Gallego

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