MASAJE METÁMORFICO:
A lo largo del tiempo y en
distintas terapias me he ido dando cuenta de la importancia que tiene el
periodo de gestación y como nos puede condicionar la vida, nuestra respuesta
ante el estrés, ante los cambios, ante las relaciones…
Desde el mismo momento de la
concepción ya tenemos conciencia de “estar aquí”.
Sobre todo fue el aprender la
terapia de Anathéoresis con Joaquín Grau, que falleció hace pocos años y del
que guardo un recuerdo con mucho cariño, cuando pude comprobar cómo nos marca
para toda la vida, desde el mismo momento de la concepción, todas las emociones
vividas por nuestra madre durante
nuestra gestación.
Nos formamos en un modo acuoso,
en el que el ritmo cerebral es de ondas Zeta, funcionamos con el sistema
límbico. Después del nacimiento y a medida que vamos aprendiendo el lenguaje
empieza a predominar el lado de la lógica y del razonamiento y empezamos a
estar en “modo” Beta la mayor parte del tiempo.
En un momento determinado,
especialmente con alta carga de estrés, puede saltar la alarma y empezar con
ansiedad, depresión, claustrofobia, agorafobia y otros trastornos a los que no encontramos explicación lógica, de
dónde surgieron y de una manera tan repentina.
_”Había llevado una vida normal,
hasta que un día, estalló una crisis de ansiedad en un ascensor, sin venir a
cuento, así sin más, no lo puedo entender…”
Éste tipo de sucesos, suele pasar
después de haber tenido una época con una gran carga emocional o de estrés, y
lo que estaba “guardado debajo de la alfombra” salió de una manera abrupta y
descontrolada, la mayoría de las veces, el origen está en el período prenatal o
en el nacimiento.
Lo más frecuente es haberse
quedado atrapado en el canal del parto. La sensación de estar oprimido, en un
espacio cerrado, en el que falta el aire, y en el que te sientes en peligro,
queda en el sistema límbico, y como si fuera una bombona, en el que se siguen
sumando situaciones de estrés, ante digamos, la última gota que colmó el vaso,
esta bombona estalla, saliendo todas de forma abrupta, ante una situación
análoga como puede ser un espacio cerrado, en el que puede dar sensación de
faltar el aire o estar atrapado.Y si empezamos a coger el hilo de
Ariadna y vamos buscando el origen de dicho trastorno la mayoría de las veces
acabamos en el periodo prenatal.
Realizar una regresión al útero
materno no es tarea fácil, y la mayoría
de las veces no grata, pues es volver a revivir, en catarsis, acontecimientos
que nos resultaron traumáticos, es someter al cuerpo, de nuevo, a un alto nivel
de estrés, con la consiguiente cascada de neurotransmisores como el cortisol y
la adrenalina, que nos dejan a nivel físico con un gran desgaste energético.
Mediante otras técnicas, menos
catárticas, podemos liberar memorias traumáticas que se quedan en nuestro
sistema límbico, cerebro reptiliano y amígdala, sanándolas.
Entre otras, como la Terapia con
Sonido, la Terapia con cristales, se encuentra el Masaje Metamórfico, creado por Robert St.
Jones , con cualquiera de ellas o combinándolas se puede liberar toda esa
memoria de sufrimiento prenatal, pudiendo realmente “volver a nacer”
transformados en otra conciencia de si.
Y me pregunto, ¿pero sin tomar
conciencia es igual de efectivo que una regresión?
La respuesta es SÍ, siempre y
cuando se haga un trabajo de crecimiento personal en el que el perdón y la
compresión hacia nuestros padres y las circunstancias que había en ese momento se
realice.
El trabajo y la implicación del
paciente son fundamentales para la sanación. Ningún tratamiento en el que no se
asuma la responsabilidad de nuestra propia sanación va a obtener un resultado
satisfactorio.
Hay que tomar conciencia de qué emoción está alojada en nuestras células, para
que sea comprendida, encontrada el sentido y liberada mediante la integración
como sabiduría y por tanto perdonada.
No hay sanación que no pase por
el perdón y la compresión de que al
final y en última instancia, elegimos nuestros padres con sus circunstancias,
sus genes, porque era lo que nuestra
alma necesitaba aprender.
Sin embargo, técnicas como el
Masaje Metamórfico nos pueden ayudar a tomar conciencia y empezar a realizar
los cambios oportunos en nuestros pensamientos que nos llevarán a emprender
también los actos necesarios para nuestra sanación.
Aconsejo acompañar el proceso con
unas flores de Bach, que pueden ir aportando la información para la compresión
de las emociones liberadas y ayudan a ir disolviendo también en otros niveles
los patrones emocionales y de pensamiento que tratamos de cambiar, también hay
diluciones de remedios homeopáticos que van a niveles muy sutiles, ayudando a
curar “cicatrices” antíguas.
Robert St. Jones era Naturópata y
Reflexólogo y desde la reflexología, encontró que la columna vertebral del Ser
en gestación está en contacto con la placenta y que toda la información de la madre a lo
largo de la gestación va quedando grabada, desde la preconcepción hasta el
nacimiento.
Mediante un “masaje” aunque sería
más apropiado decir caricias, pues se hace de una manera muy sutil, casi sin
tocar, podemos ir liberando la memoria del periodo prenatal.
Robert St. Jones inició su
investigación buscando ayudar a su hijastra, nacida con Síndrome de Down y a la
que conoció con pocas semanas, partiendo desde la Reflexoterapia.
Fue viendo una mejoría notable en
la niña y empezó a realizarlos con más niños, especialmente con Síndrome de
Down y Autistas.
Su hija consiguió llevar una vida
prácticamente normalizada e independiente.
Se basa en poner en marcha la Fuerza
Vital que existe en nosotros. El que realiza la terapia es un mero catalizador
de la propia Fuerza Vital, puesta en marcha mediante el Amor.
No hay pretensión ni expectativas
de “curar” solo de ser el canal que despierte la fuerza vital en la persona que
recibe el masaje, pudiendo necesitar la aceptación de la enfermedad, la
paciencia, la comprensión, etc. y esa sería la sanación que necesita.
Es una terapia que tiene puntos
comunes con la reflexoterapia, en las zonas reflejas de los pies, las manos y la
cabeza. En estos existe una relación temporal, por la que a cada zona de estas
partes del cuerpo les correspondía un intervalo en el periodo de gestación.
Robert St. Jones hace mucho
hincapié en el equilibrio de la persona, en mantenerse el equilibrio entre la
aferencia que es lo que va de fuera a adentro y la eferencia, lo que va de
dentro hacia afuera.
En un extremo, mucha aferencia
produce una persona introvertida y al contrario, mucha eferencia da lugar a una
persona violenta o agresiva.
Cuando hay un desequilibrio entre
estas dos fuerzas es cuando se produce el bloqueo, que se origina durante la
gestación, en el momento en el que se establecen las estructuras físicas,
intelectuales y emocionales.
En una entrevista a Robert St.
Jones, él aconseja realizar el masaje en una sola parte del cuerpo: pies,
cabeza, manos o espalda, sin embargo su discípulo Gastón Saint-Pierre, que es
más técnico y menos espiritual habla de dar en los tres, pies, manos y cabeza,
5 minutos en cada, aproximadamente.
Yo me dejo llevar, pues realmente
es un masaje en el que como decíamos somos catalizadores de la Fuerza Vital
propia de la persona, por lo que dejarnos llevar por lo que estamos sintiendo
si estamos en conexión con la propia energía del paciente, creo que es lo más
aconsejable.
Una persona que conocí, experta
en masaje metamórfico y con la que hice alguna práctica decía que es un masaje
en el que no hay norma, y así lo siento yo también.
Robert St. Jones obtuvo muy buenos resultados con niños con síndrome de
Down y problemas de conductas y de aprendizaje, de los que la mitad de los
casos, el refería, llegaban a hacerse normales o por lo menos llevar una vida
prácticamente autónoma y normal.
De eso dependía la actitud de la
propia persona, el entorno familiar y de que el tratamiento se realice antes de
los cinco años aunque lo ideal en estos casos es que se realice cuanto antes,
incluso a los pocos días de vida.
El masaje metamórfico, como su
propio nombre indica, está indicado para todo el mundo, pero especialmente en momentos
de metamorfosis, de transformación de un estado a otro, puede ser de
transformación personal o física, cambios de trabajo, de lugar de residencia,
perdidas de un ser querido, separaciones y el tránsito de la muerte.
En Krystal Esmeralda se imparten Cursos de formación de esta técnica, así como la terapia, para más información, puedes ponerte en contacto conmigo.
Ana Isabel Gallego García
22 de agosto de 2017