Centro Krystal Esmeralda

martes, 22 de agosto de 2017

SANACIÓN DE LA ETAPA PRENATAL



MASAJE METÁMORFICO:

A lo largo del tiempo y en distintas terapias me he ido dando cuenta de la importancia que tiene el periodo de gestación y como nos puede condicionar la vida, nuestra respuesta ante el estrés, ante los cambios, ante las relaciones…

Desde el mismo momento de la concepción ya tenemos conciencia de “estar aquí”.

Sobre todo fue el aprender la terapia de Anathéoresis con Joaquín Grau, que falleció hace pocos años y del que guardo un recuerdo con mucho cariño, cuando pude comprobar cómo nos marca para toda la vida, desde el mismo momento de la concepción, todas las emociones vividas por  nuestra madre durante nuestra gestación.

Nos formamos en un modo acuoso, en el que el ritmo cerebral es de ondas Zeta, funcionamos con el sistema límbico. Después del nacimiento y a medida que vamos aprendiendo el lenguaje empieza a predominar el lado de la lógica y del razonamiento y empezamos a estar en “modo” Beta la mayor parte del tiempo.

En un momento determinado, especialmente con alta carga de estrés, puede saltar la alarma y empezar con ansiedad, depresión, claustrofobia, agorafobia y otros trastornos a los  que no encontramos explicación lógica, de dónde surgieron y de una manera tan repentina.

_”Había llevado una vida normal, hasta que un día, estalló una crisis de ansiedad en un ascensor, sin venir a cuento, así sin más, no lo puedo entender…”

Éste tipo de sucesos, suele pasar después de haber tenido una época con una gran carga emocional o de estrés, y lo que estaba “guardado debajo de la alfombra” salió de una manera abrupta y descontrolada, la mayoría de las veces, el origen está en el período prenatal o en el nacimiento.

Lo más frecuente es haberse quedado atrapado en el canal del parto. La sensación de estar oprimido, en un espacio cerrado, en el que falta el aire, y en el que te sientes en peligro, queda en el sistema límbico, y como si fuera una bombona, en el que se siguen sumando situaciones de estrés, ante digamos, la última gota que colmó el vaso, esta bombona estalla, saliendo todas de forma abrupta, ante una situación análoga como puede ser un espacio cerrado, en el que puede dar sensación de faltar el aire o estar atrapado.Y si empezamos a coger el hilo de Ariadna y vamos buscando el origen de dicho trastorno la mayoría de las veces acabamos en el periodo prenatal.

Realizar una regresión al útero materno no es tarea  fácil, y la mayoría de las veces no grata, pues es volver a revivir, en catarsis, acontecimientos que nos resultaron traumáticos, es someter al cuerpo, de nuevo, a un alto nivel de estrés, con la consiguiente cascada de neurotransmisores como el cortisol y la adrenalina, que nos dejan a nivel físico con un gran desgaste energético.

Mediante otras técnicas, menos catárticas, podemos liberar memorias traumáticas que se quedan en nuestro sistema límbico, cerebro reptiliano y amígdala, sanándolas.

Entre otras, como la Terapia con Sonido, la Terapia con cristales, se encuentra  el Masaje Metamórfico, creado por Robert St. Jones , con cualquiera de ellas o combinándolas se puede liberar toda esa memoria de sufrimiento prenatal, pudiendo realmente “volver a nacer” transformados en otra conciencia de si.

Y me pregunto, ¿pero sin tomar conciencia es igual de efectivo que una regresión?

La respuesta es SÍ, siempre y cuando se haga un trabajo de crecimiento personal en el que el perdón y la compresión hacia nuestros padres y las circunstancias que había en ese momento se realice.

El trabajo y la implicación del paciente son fundamentales para la sanación. Ningún tratamiento en el que no se asuma la responsabilidad de nuestra propia sanación va a obtener un resultado satisfactorio.

 Hay que tomar conciencia de qué  emoción está alojada en nuestras células, para que sea comprendida, encontrada el sentido y liberada mediante la integración como sabiduría y por tanto perdonada.

No hay sanación que no pase por el perdón y la compresión de  que al final y en última instancia, elegimos nuestros padres con sus circunstancias, sus genes,  porque era lo que nuestra alma necesitaba aprender.

Sin embargo, técnicas como el Masaje Metamórfico nos pueden ayudar a tomar conciencia y empezar a realizar los cambios oportunos en nuestros pensamientos que nos llevarán a emprender también los actos necesarios para nuestra sanación.

Aconsejo acompañar el proceso con unas flores de Bach, que pueden ir aportando la información para la compresión de las emociones liberadas y ayudan a ir disolviendo también en otros niveles los patrones emocionales y de pensamiento que tratamos de cambiar, también hay diluciones de remedios homeopáticos que van a niveles muy sutiles, ayudando a curar “cicatrices” antíguas.

Robert St. Jones era Naturópata y Reflexólogo y desde la reflexología, encontró que la columna vertebral del Ser en gestación está en contacto con la placenta  y que toda la información de la madre a lo largo de la gestación va quedando grabada, desde la preconcepción hasta el nacimiento.

Mediante un “masaje” aunque sería más apropiado decir caricias, pues se hace de una manera muy sutil, casi sin tocar, podemos ir liberando la memoria del periodo prenatal.

Robert St. Jones inició su investigación buscando ayudar a su hijastra, nacida con Síndrome de Down y a la que conoció con pocas semanas, partiendo desde la Reflexoterapia.

Fue viendo una mejoría notable en la niña y empezó a realizarlos con más niños, especialmente con Síndrome de Down y Autistas.

Su hija consiguió llevar una vida prácticamente normalizada e independiente.
Se basa en poner en marcha la Fuerza Vital que existe en nosotros. El que realiza la terapia es un mero catalizador de la propia Fuerza Vital, puesta en marcha mediante el Amor.

No hay pretensión ni expectativas de “curar” solo de ser el canal que despierte la fuerza vital en la persona que recibe el masaje, pudiendo necesitar la aceptación de la enfermedad, la paciencia, la comprensión, etc. y esa sería la sanación que necesita.

Es una terapia que tiene puntos comunes con la reflexoterapia, en las zonas reflejas de los pies, las manos y la cabeza. En estos existe una relación temporal, por la que a cada zona de estas partes del cuerpo les correspondía un intervalo en el periodo de gestación.

Robert St. Jones hace mucho hincapié en el equilibrio de la persona, en mantenerse el equilibrio entre la aferencia que es lo que va de fuera a adentro y la eferencia, lo que va de dentro hacia afuera.
En un extremo, mucha aferencia produce una persona introvertida y al contrario, mucha eferencia da lugar a una persona violenta o agresiva.

Cuando hay un desequilibrio entre estas dos fuerzas es cuando se produce el bloqueo, que se origina durante la gestación, en el momento en el que se establecen las estructuras físicas, intelectuales y emocionales.

En una entrevista a Robert St. Jones, él aconseja realizar el masaje en una sola parte del cuerpo: pies, cabeza, manos o espalda, sin embargo su discípulo Gastón Saint-Pierre, que es más técnico y menos espiritual habla de dar en los tres, pies, manos y cabeza, 5 minutos en cada, aproximadamente.

Yo me dejo llevar, pues realmente es un masaje en el que como decíamos somos catalizadores de la Fuerza Vital propia de la persona, por lo que dejarnos llevar por lo que estamos sintiendo si estamos en conexión con la propia energía del paciente, creo que es lo más aconsejable.

Una persona que conocí, experta en masaje metamórfico y con la que hice alguna práctica decía que es un masaje en el que no hay norma, y así lo siento yo también.

Robert St. Jones obtuvo muy  buenos resultados con niños con síndrome de Down y problemas de conductas y de aprendizaje, de los que la mitad de los casos, el refería, llegaban a hacerse normales o por lo menos llevar una vida prácticamente autónoma y normal.

De eso dependía la actitud de la propia persona, el entorno familiar y de que el tratamiento se realice antes de los cinco años aunque lo ideal en estos casos es que se realice cuanto antes, incluso a los pocos días de vida.

El masaje metamórfico, como su propio nombre indica, está indicado para todo el mundo, pero especialmente en momentos de metamorfosis, de transformación de un estado a otro, puede ser de transformación personal o física, cambios de trabajo, de lugar de residencia, perdidas de un ser querido, separaciones y el tránsito de la muerte.

En Krystal Esmeralda se imparten Cursos de formación de esta técnica, así como la terapia, para más información, puedes ponerte en contacto conmigo.

Ana Isabel Gallego García

22 de agosto de 2017

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