Cuando una relación de pareja
llega a su fin, es una situación difícil y muchas veces trae
emociones para todos los involucrados que implica un sufrimiento.
Si además hay hijos
comunes,la situación es todavía más difícil.
Sentimientos de culpa, de
temor, de dudas, de indecisión, nos atormentan, haciendo que
prolonguemos una situación que suele causar dolor.
Hasta ahora poco se nos ha
enseñado sobre el amor, pero no el amor romántico, sino el
incondicional.
Muchas relaciones se sostienen
y se basan en acuerdos económicos o de conveniencia, a veces
consentidas por ambas partes, otras tan sólo es una la que así lo
vive, manteniendo con engaños e hipocresía dicha relación, solo
por puro egoísmo.
Esto es algo muy injusto para
la otra persona, pues todos nos merecemos ser tratados con lealtad y
sinceridad.
Es una falta de respeto y una
total desvalorización hacia el compañero o compañera fingir unos
sentimientos que no se profesan por miedo a decir la verdad, cuando
lo que realmente hace daño es la mentira.
Pretender ser imprescindible
para el bienestar de otras personas, es muchas veces una prepotencia,
estableciendo relaciones de dependencia e impidiendo a los demás
descubrir su propia valía y desplegar todo su potencial, haciéndose
autosuficiente y capaz de dirigir y vivir su vida.
Cuando la relación de pareja
se deteriora, puede haber como hemos dicho, dependencias y lazos que
convierten dicha relación en una relación tóxica para todos los
involucrados.
También un sentimiento de
cariño por los momentos vividos, por los hijos, por todo lo creado
puede causar mucho sentimiento de culpa cuando la atracción por la
pareja, se ha convertido más en un cariño fraternal o amistad , que
en una más propia de pareja.
Es por eso, que es importante,
ante todo sinceridad y honestidad, tanto con uno mismo como con la
pareja y con los hijos si los hubiera.
Comunicación y diálogo,
expresando los verdaderos sentimientos, desde el respeto, cariño y
gratitud por todos los momentos bellos vividos, es algo que nos
ayudará a resolver la situación, tanto si es por decisión de
intentar recuperar la pasión o de continuar cada uno su propio
camino por separado.
A nivel energético hay mucho
que tener en cuenta, que es muy importante, para que no queden asuntos
pendientes, ni pérdidas de energía en la separación si ésta finalmente se
da.
Cuando establecemos un vínculo
afectivo con alguien, hay un intercambio energético, creándose lazos
a nivel de chakras.
En las relaciones sexuales
quedan unidas ambas energías, tanto a nivel sutil desde los chakras
y el Biocampo de ambos, como a través de los fluídos corporales.
Después de haber mantenido
una relación sexual ambos se quedan con una parte de ambos y cuando
es necesaria una separación o se está planteando ésta es
importante no mantener relaciones sexuales para no seguir
fortaleciendo los lazos y dependencias energéticas.
Cuando hay al fín una
separación o ruptura, para ayudar a superar el dolor que causa y la dependencia a nivel sexual, es
importante hacer una limpieza energética.
Algunas esencias florales y
cristales, como la turmalina negra, nos pueden ayudar a vivir este
proceso con otro entendimiento y comprensión.
Acudir a una terapia de limpieza y equilibrado de chakras nos ayudará a superar este proceso, con armonía y entendimiento, con una conciencia superior.
Lo que es también muy
importante es encontrar el sentido a todo lo vivido, y si la
experiencia de la relación no ha resultado precisamente idílica, no
buscar culpables, sino lo que hay dentro de nosotros que ha atraído
ese tipo de relación y sanarlo en nuestro interior.
Aquí es cuando debería
empezar un trabajo de conocimiento personal con nosotros mismos,
atrevernos a sumergirnos en nuestro interior, ver las relaciones con
nuestros padres, los patrones familiares y todos nuestros
pensamientos y sentimientos hacia nosotros mismos que nos han ido
trayendo las experiencias que hemos vivido a lo largo de nuestras
vidas, incluídas las relaciones de pareja.
Empezar a conocernos, sanar
nuestro niño herido, nuestras propias heridas y carencias y aprender
a ser Seres completos y felices por nosotros mismos hará que
atraigamos situaciones, personas y lugares que nos aportarán alegría
y bienestar, y sobre todo conciencia de sí.
Es un camino, a veces, arduo,
muchas veces de desapego y desprendimiento, pero de verdad que merece
la pena, pues al final habremos ganado el bien mayor, saber quienes
somos en realidad, lo que queremos y necesitamos y no conformarnos
con menos, ofreciendo lo mismo, pues nadie puede dar lo que no tiene.
Hay acuerdos que hemos hecho antes de nacer con otras almas, para encontrarnos y acompañarnos una etapa del camino de esta encarnación, para enriquecernos y aportarnos algo y después continuar nuestros propios caminos por separado para seguir aprendiendo y experimentando.
Cuando ésto se ha cumplido, es importante saber soltar y permitir al otro y a nosotros mismo continuar avanzando, siempre desde la gratitud y el amor.
A través de la Meditación,
podremos ir conectando con nuestra esencia, subiendo nuestra
frecuencia vibratoria desde las emociones más primarias de
supervivencia de los tres primeros chakras, a los de los chakras
superiores, abriendo nuestro chakra del corazón al amor
incondicional, hacia los demás y sobre todo hacia nosotros mismos.
En estado del Meditación, al llegar al chakra del corazón podemos tener ese pensamiento de gratitud, paz y armonía a la persona con la que hemos compartido una relación, y pedir a su Ser Superior y al nuestro que todo lo que haya que vivir sea desde una frecuencia de amor.
Visualizarnos a ambos, cada uno en una burbuja de Luz azul de paz y envueltos en nuestra aura, totalmente íntegra, reconociendo en el otro la Unidad y la Paz, pero siguiendo nuestros caminos por separado.
Recuperar nuestra energía y sellar nuestra aura es fundamental para poder seguir nuestros caminos.
En el canal de Youtube Krystal Esmeralda, encontraréis meditaciones guíadas que os pueden ayudar, además de los talleres y meditaciones presenciales que ofrezco periódicamente.
Os invito a descubrir una vida
más consciente y despierta en todos los ámbitos de la vida y
especialmente en las relaciones, que una vez encontrado nuestra
completitud en nosotros mismos, serán relaciones totalmente
distintas a las vividas hasta el momento, basadas en una amor
incondicional, respeto, complicidad y relaciones sexuales
conscientes, donde podremos vernos reflejados en el otro al mirarnos
a los ojos y ¡Creedme! ¡Merece la alegría!
Ana Isabel Gallego.