Nuestra forma de amar y de relacionarnos con los demás, muchas veces está influido poderosamente por lo que percibimos de nuestra madre durante la gestación y los primeros años de vida.
En mi experiencia en la práctica de Anatheóresis, terapia que aprendí con Joaquín Grau, en la que se hacen regresiones al útero materno, pude comprobar la importancia que tienen las emociones de la madre durante la gestación.
Si nuestra madre era una persona con miedos, angustias, inseguridades, ya pone la impronta para que nosotros tengamos predisposición a actuar así a lo largo de nuestra vida.
A través del líquido amniótico, el agua que es portadora de información, estamos recibiendo información del estado emocional de la madre.
En la Medicina Tradicional China se contempla también fundamental la energía del Cielo Anterior, que es la que nos aportan nuestros padres en el momento de la fecundación, con lo que es importantísimo a la hora de concebir un hijo, procurar estar preparados, energética, física, mental y emocionalmente.
Una buena energía de Riñón por parte de los padres en el momento de la concepción, pondrá a disposición del nuevo ser una buena "cuenta corriente" energética que podrá disfrutar a lo largo de toda su vida.
Si durante el acto sexual entre los padres hay una verdadera energía de amor, abrirá un vórtice energético para que pueda, a través de él, encarnar un alma que vibre en la energía del amor.
No debemos olvidar que la energía sexual es un poderoso vehículo para abrir nuestros canales, y nos conectamos con la energía del compañero a través de los chakras, lo que nos puede elevar, o nos puede bajar mucho la vibración, dependiendo de dónde está nuestra energía enfocada, si a nivel genital, o realmente estamos HACIENDO EL AMOR, con todo nuestro Ser.
HACER EL AMOR no es lo mismo que tener relaciones sexuales, que pueden ser gratificantes y sirven de "descarga" energética, alivia tensiones, descarga el estrés, y pueden estar bien.
Pero cuando HACEMOS EL AMOR, la experiencia no tiene nada que ver, cuando haces el amor con el Dios - Diosa que refleja el Dios - Diosa que hay dentro de ti, estás honrando tu propia divinidad.
La sexualidad Sagrada es un acto Sagrado que nos puede ayudar a abrir nuestros canales y alcanzar niveles superiores de conciencia.
La decisión de tener un hijo debe ser algo sagrado, nosotros seremos el vehículo físico para que un Ser encarne, por lo que una preparación a todos los niveles antes de concebir, ayudará a empezar a cambiar el mundo.
El cuidado de la salud de la madre, el acoger y recibir al Ser gestante con toda la conciencia y el amor del mundo desde ya antes incluso de la fecundación, evitará miedos, traumas, sentimientos de abandono, de carencia, etc para el nuevo ser.
El apoyo y la presencia del padre, el contacto físico con la piel de la madre, una voz cálida y amorosa, facilitará la seguridad, que la figura paterna debería dar a un niño.
Nunca se debería traer un niño al mundo en sustitución de un hermano fallecido, o para intentar arreglar las desavenencias de una pareja por ver si se arregla.
Durante la gestación, las caricias a través de la piel de la madre, la música armónica o clásica, que contenga frecuencias sanadoras, no olvidemos que el sonido se transmite por el agua como vehículo, y que el sonido es creador.
Cada 40 días de gestación entra en el Ser una fuerza planetaria, implantando toda la información de las 7 Fuerzas, entre otras, a através del sonido.
La meditación, los cristales, la terapia con sonido, pueden contribuir a que la gestación del nuevo ser construya un cuerpo físico sano en todos los niveles.
La preparación para el parto, para la dilatación, la lactancia con homeopatía, relajaciones, visualizaciones, sonido, cristales, etc puede ayudar a un parto más natural, tanto para la mama como para el bebé.
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